Durante varias décadas el psicólogo Jhon Gottman estudió una amplia gama de parejas, incluidos recién casados, parejas con niños pequeños y personas en relaciones a largo plazo. En 1984 propuso por primera vez en su libro: “Por qué los matrimonios triunfan o fracasan” un ratio que le llamó la “proporción mágica”.
En su investigación Gottman demostró que las parejas que mantienen una proporción de 5:1 de interacciones positivas a negativas tienen más probabilidades de tener relaciones duraderas.
Esto significa que para que una pareja se mantenga unida y perdure en el tiempo, debe manifestar 5 comportamientos positivos que incluyan mostrar interés en la vida de la pareja, ser cariñoso, expresar aprecio y participar en una comunicación positiva por cada palabra desafortunada o falta de atención.
¿Cómo es tu relación de pareja? ¿Cuál es la proporción de acciones positivas por las negativas en tu caso? Por ejemplo, observa tu relación durante la última semana… ¿Cuántos elogios o gestos amorosos le regalaste por cada palabra desafortunada?
Siempre será más fácil responsabilizar al otro del estado de la relación. Pero es más inteligente mirarnos a nosotros mismos y observar cuánto entregamos para que la relación se fortalezca, si es que queremos que ésta perdure.
En contraste a la “proporción mágica” Jhon Gottman identificó un conjunto de comportamientos negativos que él llamó los “cuatro jinetes del Apocalipsis” que facilitan la desconexión y fracaso en las parejas… ¿Quieres saber cuáles son?
Atención, aquí van:
- Crítica constante.
- Desprecio.
- Actitud defensiva.
- Obstruccionismo. Esta última se relaciona con las personas que usan el silencio como muralla para no dialogar ni llegar a acuerdo.
Observarnos y tomar conciencia de cómo estamos viviendo cada día puede ser un primer paso para construir una relación que perdure.
Lo siguiente será entonces evitar los cuatro jinetes del apocalipsis y aplicar a diario la “proporción mágica” de Gottman: 5 es a 1, o lo que es lo mismo: 5 comportamientos que sumen a la relación por uno poco afortunado.
Lee aquí el antídoto para la autocrítica: https://karenmontalva.com/cultiva-la-autocompasion/
No somos maquinas. Y el como deberiamos ser nunca suplira al como somos.
Nuestro temperamento deriva en nuestro caracter y de este nuestras emociones intrinsecas que nos hacen diferentes.
Asi que, con razon o sin ella, si nuestra pareja, el vecino o quien sea nos resulta una petardada…